Ayer saltó a los medios de comunicación la noticia de una turista española que había muerto tiroteada por la policía cuando se encontraba realizando un recorrido turístico por una de las favelas más grandes de Río de Janeiro.
Automáticamente saltó el debate a las redes sociales y muchos conocieron que existe el llamado «poorism«, que no es otra cosa que hacer turismo por zonas pobres y marginales tratando de conocer la realidad de los destinos visitados.
Pero, ¿es ético este tipo de turismo?. No hay que confundir este tipo de turismo con realizar acciones humanitarias, cuya misión es otra, o el llamado turismo de catástrofe, también en auge y del que también hay opiniones a favor y en contra.
A favor del turismo de pobreza
Visitar zonas degradadas le ofrecen al visitante una visión completa del destino. Muchas veces, las zonas turísticas parecen parques temáticos ajenos a la realidad de la ciudad donde están y es necesario que el resto de zonas tengan también visibilidad.
Además, como en el caso de las favelas de Río de Janeiro, los guías son locales y los tours incluyen la visita a tiendas típicas, donde lo normal es comprar algo para ayudar a la economía local y tratar de salir de esa situación en la que se encuentran.
Por tanto, generar conciencia, dar visibilidad a la situación real y contribuir a la economía local son razones suficientes para los que defienden este tipo de turismo, cada vez más normal en ciudades, no solo de países pobres sino también otros como Estados Unidos (visitar el Bronx es algo habitual en Nueva York).
En este punto también hay que decir que en muchas ocasiones no eres consciente de estar realizando turismo de pobreza. Por ejemplo, al visitar el Taj Mahal, cuya suntuosidad contrasta con la pobreza que se vive a su alrededor, o cuando te encierras en algún resort del Caribe, donde los complejos parecen islas en medio de la total degradación.
Razones contrarias al turismo de pobreza
Aunque las razones a favor del apartado anterior no admiten mucha crítica lo cierto es que mucha gente que visita estas zonas desfavorecidas no lo hace por conciencia social sino, sobre todo con el auge de las redes sociales, por mostrarse al mundo como un «viajero alternativo».
Hacerse una foto ante las Pirámides de Gizah es algo que ya no es demasiado exclusivo. Ahora vende ir a la Ciudad de los Muertos de El Cairo y hacerte fotos en las infraviviendas que millones de personas se han hecho en tumbas de este cementerio.
Por supuesto, una de las razones para estar en contra de este tipo de turismo es la peligrosidad que suele estar asociada a este tipo de barrios, como ha quedado demostrado con la muerte de la turista.
Y también razones éticas ya que pasearse por unas zonas donde sus habitantes viven con menos de un euro al día mientras tu haces turismo, igual les molesta. Conviertes su desgracia en un escaparate morboso.
Lo cierto, es que en nuestras propias ciudades tratamos de evitar los barrios conflictivos o marginales. Y aunque no los hayamos visitado nunca, sabemos que existen y las condiciones de vida que en ellos hay. Por tanto, ¿por qué sí queremos visitar este tipo de barrios en otros países?.