Portugal es un país tan cercano como desconocido para mucha gente. Pero a nosotros nos encanta y siempre que podemos nos escapamos al país vecino para disfrutar de su gente, su gastronomía y sus monumentales ciudades.
En esta ocasión, en septiembre de 2014, decidimos visitar Lisboa, una ciudad que nos encantó y a la que nos importaría volver en un futuro no muy lejano.
Además, fue nuestro primer viaje internacional con nuestro pequeño de 11 meses. Viajamos en coche pero fue una importante prueba de fuego para realizar en un futuro viajes más lejanos con él.
La preparación del viaje
Al ser Portugal un país tan cercano decidimos ir en coche. Además era mucho más fácil para ir con un niño y luego es la mejor opción para moverte en el destino. Fuimos con nuestro propio coche entrando en Portugal por Badajoz y llegando a Lisboa atravesando el Puente 25 de Abril.
El hotel elegido, como siempre en hoteles.com, fue el Hotel Lisboa, situado junto a la Avenida da Libertade, muy cerca de la Plaza del Marqués de Pombal y con una boca de Metro muy cerca que finalmente no usamos. Lo mejor del hotel era la situación y lo peor el parking, muy estrecho.
Para movernos por Lisboa, en principio íbamos a usar el Metro, pero finalmente nos movimos andando al estar situado muy céntrico o en el propio coche para ir a lugares más lejanos.
Día 1. Paseo por La Baixa
Tras llegar a Lisboa a mediodía, justo antes de comer, decidimos visitar La Baixa. Para ello fuimos andando bajando la Avenida da Libertade, y sufriendo el mal estado de las aceras para ir con coche de bebé, hasta la Plaza de los Restauradores y la vecina Plaza del Rossio. Entre ambas plazas se encuentra la bonita Estación de Rossio.
La Plaza de Rossio es la más céntrica y con más ambiente de Lisboa. Desde allí parte la Rúa Aurea, donde se encuentra el Elevador de Santa Justa, que sirve para ir al Barrio Alto, donde se encuentra el Convento do Carmo, destruido tras el terremoto de 1755.
Al final se encuentra la Plaza del Comercio, situada junto al Tajo, desde donde se tienen bonitas vistas del río y del Puente 25 de Abril. Desde allí volvimos hacia atrás por la Rúa Augusta, llena de tiendas y restaurantes para desembocar nuevamente en la Plaza del Rossio.
Día 2. El Barrio de La Alfama y el Parque de las Naciones
El segundo día en Lisboa lo dedicamos a visitar dos barrios muy diferentes entre sí. Aprovechando la diferencia horaria pudimos madrugar y dirigirnos andando hasta la Plaza de Figueira, a los pies del Castillo de San Jorge.
Para llegar hasta el castillo utilizamos el elevador que parte de la Rúa dos Franqueiros y que te evita subir por las empinadas y empedradas cuestas de La Alfama. El Castillo de San Jorge lo visitamos por fuera y decidimos visitar a pie el resto de puntos de interés de La Alfama como el Mirador do Portas do Sol o el Mirador de Santa Lucía. En Lisboa existen infinidad de miradores que merece la pena visitar.
Callejeando, que es lo mejor que puedes hacer en La Alfama, llegamos hasta la Catedral de Lisboa, cuyo interior es muy interesante, sobre todo el Claustro. El paseo finalizó en la Casa dos Bicos, situada justo abajo de las empinadas calles del barrio.
Tras visitar nuevamente la Plaza del Comercio y la Plaza del Rossio volvimos al hotel a descansar antes de ir en coche hasta el Parque de las Naciones.
En el Parque de las Naciones, donde se celebró la Exposición Universal de 1998 pudimos admirar la Estación de Oriente, obra de Santiago Calatrava y dar un paseo alrededor de los pabellones utilizados para la Expo y admirar la inmensidad del Puente Vasco da Gama.
A la vuelta, ya de noche, hicimos un tour con nuestro propio coche para ver Lisboa iluminada destacando las vistas del Castillo de San Jorge desde la Plaza de Martim Moniz.
Día 3. El Barrio de Belem y escapada a Sintra
Por la mañana de este tercer día en Lisboa fuimos en coche hasta el Barrio de Belem, uno de los más bonitos de Lisboa.
Tras dejarlo en un parking, visitamos el Monasterio de los Jerónimos, espectacular por fuera y por dentro y desde allí caminado alcanzamos la Torre de Belem, uno de los símbolos de la ciudad.
A pesar del calor, un paseo por la orilla del río desde la Torre de Belem hasta el Monumento a los Descubrimientos, fue muy agradable. Tanto como las vistas que desde la terraza de la parte superior de este monumento se tienen del río, de los monumentos de Belem y del Puente 25 de Abril.
Tras la comida en un restaurante de Belem, situado cerca de la famosa Antiga Cofeitaria, cogimos el coche y nos fuimos hasta un lugar de ensueño, Sintra.
En Sintra hay dos partes diferenciadas. Por una parte el casco antiguo, donde destaca el Palacio Nacional y por otra la zona alta de la montaña donde está el Castelo dos Mouros y el sorprendente Palacio da Pena, un lugar imprescindible que visitar en esta zona de Portugal.
Nuestro recorrido acabó en el cercano Cabo da Roca, el lugar más occidental de la Europa continental. Las vistas desde allí, y más al atardecer son geniales.
Día 4. Último día en Lisboa y visita a Elvas
Llegó el último día de nuestra breve visita a Lisboa y para volver a España decidimos cruzar el otro gran puente de la ciudad, el Puente Vasco da Gama, que tiene 17 kilómetros, 13 de ellos sobre las aguas del Tajo.
El trayecto sobre el puente parece interminable pero es una experiencia única para salir de Lisboa y emprender camino a casa. Pero antes de llegar a España decidimos dar un paseo por Elvas y comer allí.
De Elvas podemos destacar el Acueducto de Amoreira, el casco histórico y su Castillo, lugares que visitamos antes de comer y volver a casa. De Elvas cabe destacar también sus fuertes, que no visitamos en esta ocasión pero que ya conocíamos.